Heredia

Provincia de Heredia

Heredia es una provincia de Costa Rica, localizada en la parte norte-central del país. Al norte limita con Nicaragua, al este con la provincia de Limón, al sur con la provincia de San José y al oeste con la provincia de Alajuela.

Por su extensión territorial, Heredia es la provincia más pequeña de Costa Rica, representando el 5,20% del territorio nacional. Se encuentra dividida a su vez en 10 cantones. Geográficamente, la provincia se ubica al norte en las tierras bajas de las Llanuras del Norte, mientras que en el centro-sur la atraviesa la cordillera Volcánica Central; el sur de la provincia se encuentra localizada en el Valle Central, y es parte de la Gran Área Metropolitana. Pese a ser la provincia más pequeña del país, Heredia es la cuarta provincia más poblada del país, con un total de 433.677 habitantes, representando el 10,08% de Costa Rica.

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Heredia representó por mucho tiempo el corazón cafetalero costarricense con sus grandes plantaciones del llamado «grano de oro», aunque al día de hoy, muchos de esos cafetales han dado paso a proyectos residenciales, comerciales e industriales, convirtiendo a Heredia en el hogar de grandes empresas y desarrollos inmobiliarios.

Su temperatura va de cálida y húmeda en el norte de la provincia, a clima frío en sus zonas montañosas y zonas templadas en el área del Valle Central. La capital de la provincia es la ciudad de Heredia, conocida como la «Ciudad de las Flores». Esta ciudad se ubica a 10 kilómetros de la capital de Costa Rica, la ciudad de San José, y a 12 kilómetros de la ciudad de Alajuela.

La provincia de Heredia es rica en tradición colonial. Dentro de su modernismo, se percibe, por sus viejas casas de adobe con los techos entejados y su arquitectura española, una singular prolongación de elementos coloniales. Desde un punto de vista de cultura y folklore popular, Heredia es llamada de la Provincia de las Flores, no solo por la presencia o cultivo de flores, sino por la alusión a la gran cantidad de pobladores de apellido «Flores».

El punto más elevado es el Volcán Barva también llamado como «Las Tres Marías» elevándose a 2.906 msnm el cual forma parte de la Cordilla Volcánica Central; este volcán se encuentra dentro del Parque Nacional Braulio Carrillo, siendo este parque, uno de los de mayor extensión en Costa Rica cubriendo una gran parte de la provincia de Heredia. El Volcán Cacho Negro ubicado entre el distrito de Vara Blanca y el cantón de Sarapiquí es un volcán que se encuentra hoy inactivo; forma parte también del Parque Nacional Braulio Carrillo y se eleva a 2150 msnm. Otras elevaciones de importancia en Heredia son el Cerro Dantas y Chompipe en el cantón de San Rafael donde se encuentran varias cataratas abiertas al público, los cerros Tibás, Turú, Caricias y Zurquí en el cantón de San Isidro y el Cerro Guararí (también conocido como Cerro Inglés o Cerro Picacho) ubicado entre los cantones de Santa Bárbara y Barva.

Heredia está rodeada también por el paso del Desengaño el cual se encuentra entre los volcanes Barva y Poás, y el paso de La Palma ubicado entre los volcanes Barva e Irazú. Ambos pasos son importantes para la comunicación del país con la zona norte y la vertiente del Caribe y estos permiten a su vez, la entrada de los vientos alisios en el Valle Central.


Durante la época precolombina, la parte sur de la provincia, que se encuentra dentro del Valle Central, estuvo habitada por indígenas de diversos cacicazgos huetares, que formaron parte del llamado Reino Huetar de Occidente, que en los inicios de la conquista eran dominio del rey Garabito. Estos grupos aborígenes se dedicaban a la caza y al cultivo de la yuca principalmente. Dos vasallos de Garabito tenían sus dominios en esta región: Yurustí, rey de Toyopán (cantones de San Rafael y Santo Domingo de Heredia), y Barvak, rey de Barva (cantón de Barva y cantón central de Heredia). Al norte de la Cordillera Volcánica Central, existían otras etnias indígenas que eran tributarias de los huetares: los botos, en las faldas del volcán Barva, y los tises, en las llanuras de Sarapiquí.

En 1551 entran los primeros grupos de españoles al Valle Central. Juan de Cavallón, quien inició este proceso colonizador fue el primero en tener noticia de lo que había de llamarse durante la colonia El Valle de Barva, territorio comprendido entre el Río Virilla hasta los Montes del Aguacate (incluían parte de las actuales provincias de Alajuela y Heredia). Para dar inicio al proceso colonizador, los grupos dispersos de indígenas en el territorio fueron concentrados en un poblado que se llamó Barva, ubicado en las inmediaciones de Getsemaní (actualmente perteneciente al cantón de San Rafael) esto en el año 1575.

Los emigrantes españoles poblaron fértiles valles como Alvirilla y Barva, se instalaron en humildes chozas y se dedicaron a la agricultura. Muchos de estos humildes españoles llegaron al territorio creyendo encontrar grandes riquezas como el oro, pero pronto se dieron cuenta de que era un territorio rico en valles sanos y fértiles, idóneo para cultivar.

Con el paso de los años, la formación de las familias integradas por españoles e indígenas dieron lugar a una completa colonización. Es claro que muchos españoles emigraron de su país trayendo consigo sus costumbres, artes, animales, pero destacablemente su religión con fervor cristiano. Es a partir de 1706 que este arraigado catolicismo da lugar al origen de la ciudad de Heredia.

Alvirilla y Barva fueron los fértiles valles donde comenzaron a llegar los primeros emigrantes que poblaron lo que hoy conocemos como la ciudad de Heredia. Una vez instalados en el lugar, comprendieron la imperante necesidad de contar con una pequeña iglesia como medio de cohesión de la incipiente villa.

Es a partir del año 1706 que los habitantes de los Valles de Alvirilla y Barva pidieron que se les fundara una parroquia. Esta parroquia se consolidó en una pequeñísima ermita en lo que hoy se conoce como La Valencia. En el año 1712 el pueblo ya contaba con ocho casas de adobe y techo pajizo alrededor de la pequeña ermita; siendo ese lugar malsano y pantanoso los habitantes deciden traslar su caserío donde hoy se encuentra la ciudad de Heredia. De inmediato se colocan los cimientos de un nuevo templo de adobe en el mismo lugar donde se ubica la actual iglesia central de Heredia, pero bastante recostado al sector norte de la cuadra, siendo el sector sur el cementerio de la pequeña comunidad.

La aldea fue creciendo hasta convertirse en una comunidad bastante nutrida para esa época y su humilde templo cada vez se fue haciendo más pequeño e incómodo. En el año 1797 se inicia la construcción de la obra pública más grande e importante que se hubiere hecho en la pequeña aldea de Cubujuquí, la construcción del templo católico de la ciudad; la actual iglesia de la Inmaculada Concepción de María.

Cubujuquí se le llamó a esta aldea que a partir de 1763 se convirtió en villa; en un lapso de 45 años esa pequeña aldea con un endeble caserío, se convirtió de toda una villa denominándose Villa Vieja de la Inmaculada Concepción de Cubujuquí.

El nombre Heredia se heredó de un español, gracias a las simpatías que sentían los pobladores y en especial los políticos de Cubujuquí y a manera de quedar bien como el entonces Mariscal de Campo de los reales ejércitos de España, presidente de la Real Audiencia de Guatemala, gobernador y Capitán General de Guatemala, Alonso Fernández de Heredia. Villa Vieja de la Inmaculada Concepción de Cubujuquí de Heredia, sería más tarde solamente Heredia como todos los costarricenses la conocen.

En el año 1824 la Villa de la Inmaculada Concepción de Heredia se convirtió en la Ciudad de Heredia.

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