Transporte marítimo debe reducir emisiones

Redacción – BBC News Mundo

La industria del transporte de mercancías por mar deberá reducir sus emisiones de dióxido de azufre de manera sustancial.

La decisión que entra en vigor con el primer día de 2020 ha sido calificada como «histórica» y con el potencial de «salvar vidas».

La Organización Marítima Internacional (OMI) de Naciones Unidas -el organismo regulador de la industria naviera del mundo- emitió nuevas reglas que limitan el contenido de azufre presente en los combustibles de los buques.

Hasta ahora se permite un 3,50% de azufre en el fueloil (el combustible de los barcos), pero la regla conocida como «OMI 2020» reducirá el máximo a 0,50%.

«El nuevo límite supondrá una reducción del 77% en las emisiones totales producidas por los buques, lo que equivale a una reducción anual de aproximadamente de 8,5 millones de toneladas métricas de óxidos de azufre», dice la OMI.

Al reducir la presencia de azufre se evita la emisión al ambiente de pequeñas partículas en la quema de fueloil que se forman cuando se quema.

Esas partículas contaminantes están relacionadas con el asma, derrames cerebrales, cáncer de pulmón y otras enfermedades pulmonares y cardiovasculares, así como la generación de lluvia ácida y acidificación de los océanos.

La OMI espera reducir hasta en 77% las emisiones de gases contaminantes de la industria naviera mundial.

Para Bill Hemmings, de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, es una «decisión histórica» la cual «salvará millones de vidas en las próximas décadas», dijo a la agencia Reuters.

Pero detrás de la buena noticia viene un costo que no es tan evidente y tiene todo el potencial de tener un impacto en el consumidor común, como advierten analistas del sector naviero comercial.

¿Qué tendrán que hacer los buques?

El principal tipo de hidrocarburo que usa la industria naviera como combustible es el «fueloil pesado», un derivado del residuo de la destilación del petróleo crudo, explica la OMI.

Óxidos de azufre (SOx) -conocidos por su daño a la salud humana- son liberados a la atmósfera al quemarse el combustible junto con el resto de las emisiones del buque.

Las ciudades costeras son las principales afectadas por la emisión de SOx de los buques de carga.

Como parte de una reducción gradual iniciada en 2005, la nueva regla «OMI 2020» establece que la presencia de azufre en el fueloil deberá ser de 0,50% masa/masa, una baja considerable a la política de 2019 de 3,5%.

Eso reducirá considerablemente la emisión de SOx, con lo que se esperan «grandes beneficios tanto para la salud como para el medio ambiente mundiales, especialmente, para las poblaciones que viven cerca de los puertos y costas», explica la entidad de la ONU.

El límite no es el más estricto de la industria, pues ya hay en vigor uno de 0,10% en zonas del mar Báltico, el mar del Norte, franjas costeras de EE.UU. y Canadá, y regiones del mar Caribe cercanas a islas de EE.UU.

Ahora la industria naviera tendrá que obtener nuevas mezclas de fueloil que cumplan con el límite de 0,50%, como las ya disponibles en el mercado para el límite del 0,10%, instalar sistemas de limpieza de gases llamados «lavadores» que reducen la emisión de azufre, o en último caso usar otro combustible.

Un cambio enorme y su impacto en el diésel

Los expertos indican que uno 90% del comercio mundial se mueve por la vía marítima ya que, como la OMI también destaca, es la forma de transporte más eficiente para mover enormes volúmenes.

Nueve de cada 10 productos que se comercian en el mundo son movidos por mar.

Los buques tienen los motores más grandes del mundo, algunas con hasta 100.000 caballos de potencia -un auto promedio tiene unos 300- y pueden transportar hasta 300.000 toneladas de carga.

¿Cuál es el medio de transporte que más contamina?

Ya que el 70% del costo operacional de la industria naviera es el combustible, explica Diane Gilpin (CEO de Smart Green Shipping Alliance) a The World, programa de la radio pública estadounidense PRI en coproducción con la BBC, el cambiar de combustibles implica un reto de esa magnitud.

Alan Gelder, jefe de investigación en refinación de la consultora energética Wood Mackenzie, considera que la regla «OMI 2020» hará que las refinerías deban «funcionar de una manera que nunca antes lo habían hecho», explicó a la agencia Reuters.

Otros ven un panorama menos alentador: «Las refinerías no invertirán para desulfurar el fuelóleo y no hay suficiente fuelóleo con bajo contenido de azufre para satisfacer la demanda del sector marítimo», pronostica Robert Campbell, jefe de investigación de productos petroleros de la consultora Energy Aspects.

Los motores que mueven a los buques de carga son las máquinas más grandes del mundo.

Para hacer el combustible de los buques más limpio, es necesario agregar más diésel a la mezcla, por lo que es probable que un primer impacto de la regla «OMI 2020» en el mercado mundial general sea en el precio del diésel.

Jamie Webster, analista de Boston Consulting Group, dice a The World que la industria naviera ahora entrará en la pugna por la adquisición de diésel, lo que afectará a muy diversos sectores de la economía que usan ese combustible.

«Desde trenes, autos diésel y hasta camiones repartidores de FedEx y UPS entrarán en el juego. Entonces eso podría aumentar el precio del diésel» en US$1 dólar por galón (US3,7 por litro), según las primeras estimaciones.

La OMI reconoce que es probable que «nuevas mezclas sean inicialmente más caras», pero considera que hay alternativas como los «lavadores» para reducir el azufre del fueloil pesado que ya se comercializa.

¿Quién pagará al final?

Hasta ahora el plan de reducción de azufre ha sido visto con cautela por la industria naviera comercial.

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Mediterranean Shipping Company (MSC), la segunda flota comercial del mundo con más de 500 buques en 200 rutas dio su «apoyo total» a la iniciativa de la OMI.

«Sin embargo, somos conscientes de los desafíos involucrados en lograr el cumplimiento total, particularmente cuando la industria se enfrenta a tiempos excepcionalmente difíciles», dijo su presidente ejecutivo, Diego Aponte, a Reuters.

Los consumidores podrían ser, al final de cuentas, quienes paguen el costo de las nuevas regulaciones a través del costo de los productos.

Con base en estimaciones iniciales, Jamie Webster advierte que los costos de combustible «probablemente serán entre un 50% y un 60% más altos» con estos cambios.

Y a fin de cuentas, los comerciantes de todo tipo -desde automóviles hasta televisores- buscarán maneras de compensar el golpe a las ganancias: «los transportistas estarán interesados en tratar de pasar esos costos hasta que lleguen a nosotros, a nivel de consumidor», señala Webster a The World.

La realidad, señalan los expertos, es que en la industria naviera hay una laguna que es aprovechada por las compañías a la hora de implementar cambios como la regla «OMI 2020»: no existe una «autoridad» que vigile el uso de combustibles.

«Hay una gran pregunta sobre la cantidad de trampas involucradas. Ciertamente habrá algunas», explica Rusty Braziel, analista de RBN Energy.

«No hay una fuerza policial por ahí que haga cumplir todo esto, está siendo implementado esencialmente por las compañías que alimentan estos barcos», advierte.

Pero la OMI ya ha dicho que el nuevo límite del azufre es «impostergable» e iniciará en el primer día de 2020.

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